Andrea Cárdenas Rada
14 ABR 2019
Los índices de maltrato infantil y abandono de niños en nuestro país (Bolivia) aumentaron notablemente en los últimos años. A pesar de que hoy en día las mujeres están desafiando, cada vez más, los estereotipos conservadores de rol de género, aún existen varios aspectos inmersos en el inconsciente colectivo que nos obligan a optar por la maternidad.
Si ser madre era una premisa en la antigüedad, y aquella mujer que no quería seguir el estereotipo era tildada de “mala mujer” o “egoísta”, en la actualidad este hecho se está transformando positivamente, sin embargo, todavía queda un largo camino hacia el total empoderamiento femenino.
Existen diferentes motivos, por los cuales una mujer decide no traer un niño al mundo. Por ejemplo: por el cuidado de su propia salud o por determinadas situaciones socio-económicas. Pero también existen muchos factores que, en cierta forma, representan una obligación para la maternidad. Uno de los más importantes es la presión social.
Pues, es común que al tener cierta edad se nos recuerde que tenemos un “reloj biológico”. Es común que al casarse se asuma como una obligación el ser madre. Debemos tomar en cuenta que muchas mujeres no sienten apego por los niños o no tienen paciencia para con ellos y peor para criarlos. Es común que la sociedad sea contradictoria; la gente te dice que no te pierdas la experiencia de la maternidad, mientras al mismo tiempo te pide que trabajes y ocupes tu lugar como profesional o técnica.
Tener un hijo no solo es un instinto propio de una mujer o un mandato divino, implica una responsabilidad, la cual comprende proveer vestimenta, atención médica, educación y formación y por lo cual en este tiempo hipercapitalista, la crianza se ha inundado de ofertas, expertos opciones y de más gastos por lo que vivimos más de espaldas a la realidad de la vulnerabilidad y los cuidados.
En Estados Unidos se reconoce una generación llamada “Millenials”, mismos que no quieren quedarse quietos en un solo lugar; son personas entre 18 y 34 años de edad que no esperan permanecer más de dos años en un solo empleo, pues tienen otros interés, como viajar, vivir nuevas experiencias o descubrir el mundo. En nuestro país hay muchas mujeres con inquietudes parecidas y aún no somos conscientes del peso que conlleva la presión social.
Muchas mujeres ven con tristeza, luego de ser madres, que no están listas para cuidar, guiar, criar y proteger a otra persona. Entonces, miran a sus hijos como un obstáculo para seguir sus estudios, progresar en el trabajo o cumplir sus sueños. Ven truncados los planes. Es así que se desquitan con los menores y esta realidad se complica más cuando pensamos en el alto consumo de alcohol que caracteriza nuestro país.
Para finalizar, tenemos dentro nuestro ordenamiento jurídico la aprobación del aborto, solamente en ciertos casos como consecuencias de un delito de violación, estupro o incesto, siempre que hubiera acción penal iniciada. Por lo que los abortos clandestinos y la tasa de mortalidad de las gestantes continúan y aumentan hasta llegar a números alarmantes.
NO toda MUJER nació para ser madre y es algo que deberíamos respetar, es tiempo de romper los estereotipos por el bien de los niños, por el bien de la sociedad.
Andrea Cárdenas Rada es abogada y docente universitaria
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