Alvaro Riveros Tejada
14 FEB 2019
A requerimiento de algunos lectores interesados en esta materia, comenzaré el presente artículo manifestando muy sucintamente, qué es el Foro de Sao Paulo y su incidencia en la política de varios países latinoamericanos, donde su influencia fue determinante durante estos últimos veinte años.
Después de la caída del Muro de Berlín en 1989, y del derrumbe del comunismo en la ex Unión Soviética, Fidel Castro decidió sustituir el apoyo que recibía del Bloque Oriental por el de una transnacional latinoamericana. Fue de esta manera que, aprovechando el poder parlamentario que había obtenido en el Brasil el Partido de los Trabajadores (PT) liderado por Luiz Inácio “Lula” Da Silva, éste y Fidel Castro convocaron en 1990, a una reunión en la ciudad de Sao Paulo, a todos los grupos guerrilleros de América Latina y a partidos de izquierda de la región (además de otros que se fueron sumando a lo largo de los años), donde fundaron una organización que se autodenominó el Foro de Sao Paulo.
Para dirigir esta organización en forma centralizada, crearon un Estado Mayor Civil dirigido por Fidel Castro, Lula, Tomás Borge y Frei Betto. Asimismo, crearon un Estado Mayor militar comandado también por Fidel, por el líder sandinista Daniel Ortega y el exguerrillero argentino Enrique Gorriarán Merlo, entre otros.
Desde su inicio se estableció una forma sólida y permanente de financiamiento, basada en actividades ilegales que suelen practicar los grupos guerrilleros en Latinoamérica, como el secuestro, el abigeato, los asaltos a bancos, la piratería, y el narcotráfico.
Gracias a un providencial acontecimiento político sucedido en Venezuela, el Tcnel. Hugo Chávez Frías, quien fuera encarcelado por instigar el golpe militar del 4 de febrero de 1992 en contra del gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez, salió sobreseído a los dos años, gracias a una demagógica jugada política del expresidente Rafael Caldera que, con ella, pensó granjearse la simpatía de los militares, logrando sólo habilitar al fanático militar castrista, para terciar en las elecciones de 1998, en las cuales ganó y de este modo, un 2 de febrero de 1999, al terminar Caldera su mandato, tuvo que impartirle la banda presidencial a sabiendas que el golpista se había inscrito en el Foro de Sao Paulo un 30 de mayo de 1995, según un cable de Associated Press originado en Montevideo y una versión confirmada por el líder del ELN colombiano Israel Ramírez Pineda, “alias Pablo Beltrán”, en una entrevista realizada por Globovisión el 17 de noviembre de 1999, todo lo que indica que, 4 años antes de su toma de mando, Chávez ya contaba con el suficiente poder económico y político para ganar las elecciones; con un libreto escrito sobre esta materia; y jurar histriónicamente a la presidencia de la república venezolana, un 2 de febrero de 1999, sobre “una constitución moribunda”.
Por lo expuesto, la suerte de los venezolanos y de casi todos los latinoamericanos estaba echada, pues la riqueza petrolera del país ocupado virtualmente por el régimen cubano se constituyó en la fuente “inagotable” de los dineros que permitirían instrumentar los designios del Foro de Sao Paulo en el Continente, así como la enorme alza de los precios de las materias primas, que contribuyó a que los otros países miembros, atesoren ingentes sumas de dinero que, al igual que en Venezuela, corrieron la misma suerte de dilapidación y despilfarro, sin la necesidad de abjurar a muchas otras actividades criminales que esta entelequia se había impuesto, como la del narcotráfico, que llegó hasta a competir económicamente con la propia actividad petrolera.
Bajo las consideraciones expuestas, es fácil entender la tragedia que se cierne en estos momentos sobre la hermana república de Venezuela, al haber sido presa y víctima de esta organización. Dicho influjo persiste todavía y, pese a los múltiples esfuerzos de los organismos internacionales que acuden en su ayuda, no se ha podido librar todavía de este yugo. No obstante, a medida que los múltiples países del mundo hacen suya esta causa, se acelera también el ocaso del Foro de Sao Paulo.
Alvaro Riveros Tejada es escritor y columnista de varios medios impresos. Ha sido viceministro de Estado en el gobierno de Jorge Tuto Quiroga.
Commentaires