26 FEB 2019
Katherine Elvira Llanca Rodriguez I Opinión
Corrupción, palabra muy conocida, muchas veces empleada, pero pocas veces erradicada. ¿Por qué se nos hace tan difícil poder combatir la corrupción?
Definir el término corrupción, no es sencillo, existen si bien es cierto, distintas definiciones del vocablo, que, por modo general, los ciudadanos sabemos a que nos estamos refierendo cuando por los medios de comunicación vemos a personas que están siendo denunciadas por este delito.
Una persona corrupta, buscará la manera de poder cumplir su objetivo personal a costa de otros o de lo que implique, quebrantando en muchos casos la ética profesional y personal.
Hablar de ética, legalidad, justicia, equidad e igualdad nos remite a pensar en la representación política pública y/o privada que ejercen algunas personas en la sociedad, pero también corrupción hay en el trabajo, en el hogar, desde lo micro hasta lo macro, en teoría sabemos que, por valores, los seres humanos debemos mantener un comportamiento ligado en ética, transparencia, justicia y defensa de los derechos humanos, en la práctica, lamentablemente esto no se da.
Existen países donde los niveles de corrupción son distintos a otros y esto se debe a que, las culturas son diferentes. Hofstede (1980) señala que, una cultura individualista es aquella en las que las necesidades y la ventura individual son distinguidas a las del grupo o colectividad, en una cultura individualista, prima más los logros personales que las verdaderas necesidades de un pueblo. A diferencia de una cultura colectivista, donde, el grupo es el que sobresale, primando las necesidades y trabajando en grupo, por tanto, tomando en cuenta estas dos definiciones, el ser humano, de acuerdo a la cultura en donde se encuentre, tomará distintas decisiones y actuará de acuerdo al comportamiento que se base la formación de su cultura.
Desde una perspectiva psicológica debemos saber que, la corrupción no distingue, edad, género, ni estatus social, sin embargo, existe predisposiciones para que una persona desencadene dichas conductas por la estructura de su personalidad.
Perfilar psicológicamente a una persona sobre algún tipo de delito o problemática social, es todo un estudio y no solo basta con la primera impresión u observación.
Para López (2014) en un arduo trabajo, nos dice que, el perfil de una persona que comete este tipo de delitos, por lo general presentan características de inseguridad, narcisismo, egocentrismo y una incapacidad para poder comunicarse de manera asertiva.
Una persona corrupta, buscará la manera de poder cumplir su objetivo personal a costa de otros o de lo que implique, quebrantando en muchos casos la ética profesional y personal.
Son pocas las veces que se analiza estos temas desde el punto de vista psicológico, a pesar que existen muchos casos y es materia de investigación, sin embargo, muy poco se conoce de como esto influye.
Es importante poder comunicar a la sociedad o que se establezcan en el periodo de candidatura de un puesto o de un mandato como requisito el hecho de que el candidato pase por una evaluación de salud mental pues, es la persona que estará liderando un grupo de trabajo, de campo, regionales o en muchos casos un país entero, por tanto, debe estar preparado no solo cognitivamente si no también emocionalmente para así evitarnos futuros actos de corrupción.
La salud mental no solo implica terapias clínicas, educativas, psicología es un todo, se necesita para todo, es algo que es fundamental, que todos saben, pocos interiorizan, y casi nadie incide.
Por otro lado, dar a conocer a la sociedad sobre la importancia de la transparencia y la ética profesional y personal, en comunidades, regiones y en todo el país, de esta manera junto con otras estrategias podemos sensibilizar a la población sobre este tema para así se pueda identificar y denunciar.
Es momento de cambiar, pues se necesita incidir, termino con esta frase de Mahatma Gandhi: “Mucha Gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decirte la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes, por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estas en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad, sigue siendo la verdad”
Katherine Elvira Llanca Rodríguez, peruana de nacimiento, psicóloga de profesión, neuropsicoeducadora y especialista en Psicología Criminal, activista en la erradicación de la discriminación y el racismo en el Perú, desde el enfoque psicológico. Mentora, panelista y voluntaria social.
Comments