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La intensa polémica sobre los ‘millennials socialistas’

23 MAR 2019

Jorge Eduardo Bolaños Gamarra


El 14 de febrero de 2019, la revista The Economist publicó un artículo titulado “Socialismo millennial: la izquierda resurgente”, cuyo postulado central es éste: tras décadas de hegemonía ideológica del capitalismo, los millennials (jóvenes nacidos entre 1981 y 1999) norteamericanos están hartos del sistema actual y preferirían vivir en un país socialista. La aparición de populares figuras políticas como Alexandria Ocasio Córtez, Bernie Sanders y Jeremy Corbyn, que tienen gran aceptación entre el electorado joven, es evidencia de que hoy en día se ve con menos suspicacia los discursos que abogan por el estatismo.

Según Google Trends, el término ‘socialismo’ alcanzó durante este mes (febrero de 2019) su popularidad más alta de los últimos cinco años en las búsquedas por navegador (78 por ciento respecto al pico de popularidad de octubre de 2008, curiosamente durante los días más arduos de la Crisis subprime). Según una encuesta de Gallup, el 51 por ciento de los estadounidenses con edades entre 18 y 29 años ven positivamente el socialismo. El libre mercado es visto positivamente por el 45 por ciento.


Muchos analistas políticos y economistas se han dado a la tarea de tratar de responder a la pregunta: ¿Por qué los millennials estadounidenses piensan de ese modo? ¿Por qué no ven con la misma aversión que sus padres la idea de una sociedad en la que el Estado tiene un poderoso papel en la economía?

The Economist da su dictamen sobre el fenómeno: “Si bien la renacida izquierda comprende bien algunas cosas, su pesimismo sobre el mundo moderno va muy lejos, y sus políticas padecen de ingenuidad sobre temas como los presupuestos, las burocracias y negocios”.


Michael Laitman, profesor de Ontología, escribe en un artículo para el Hufftington Post “Por qué los 'millenials' se hacen socialistas y qué les hace falta”: “Cuando uno piensa en las abusivas deudas estudiantiles, las altas rentas, los salarios estancados y la inseguridad laboral, ¿cómo no iba a aparecer el socialismo en sus mentes como posible solución a todas estas tensiones, a todos estos sistemas con los que tienen que sufragar cada una de sus necesidades?”.


Según datos de Make Lemonade, una plataforma online de gestión de deudas, en 2018 la suma de los estudiantes deudores en Estados Unidos ascendió a 44 millones, los cuales colectivamente acumulan una deuda de 1.5 trillones de dólares. En 2016, el estudiante promedio era poseedor de una deuda de 37 mil dólares.


Una nueva generación toma la palestra

Según el Financial Times, los millennials han pasado a convertirse en el rango de edad más importante para la actividad económica. Hay 12 mil millones de ellos a nivel global y el 17 por ciento pertenece a la China. Su nivel de gasto es de 13 mil billones de dólares, pero se incrementará a 21 mil billones en 2035, superando el de las demás generaciones.


A medida que la generación del nuevo milenio gana peso político y económico, generaciones anteriores pierden influencia. Muchos atribuyen a eso el hecho de que algunas personas nacidas entre 1946 y 1980, los ‘antimillennials’, ven con preocupación su conducta. En buena medida, los artículos que los acusan de haber ‘matado’ muchas industrias (los diamantes, la mayonesa, las servilletas y un largo etcétera) y de tener ideas políticas escandalosas, tratan a de apelar a ese agrio segmento.


No obstante, es evidente a simple vista que las personas de distintos grupos etarios tienen formas de concebir la vida muy diferentes. Los choques generacionales son tan antiguos como la humanidad. Cuatro siglos antes de Cristo, Sócrates ya decía: “Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.” William Shakespeare decía: “Los viejos desconfían de la juventud porque ellos también han sido jóvenes.”


El sueño americano languidece

En Estados Unidos, la crisis del ‘sueño americano’ es un fenómeno del que se habla desde hace mucho tiempo. Los cambios en las condiciones sociales y económicas a nivel global han hecho que el régimen social de los años de oro de la economía norteamericana, el Welfare state, sea inviable en el presente. La influencia cultural del posmodernismo y la contracultura hizo que al menos desde los años 90 los jóvenes tiendan a ver con menos optimismo el modo de vida consumista. El agonismo moral de Kurt Cobain influyó más en la identidad de muchos jóvenes adultos que la glamorosa usura de la Chica Material (Madonna).


Según un artículo de The Guardian cuya autora es Carol Graham, investigadora en temas de desarrollo, existen investigaciones que muestran que los pobres en Estados Unidos son 20 veces menos propensos a creer que el trabajo duro los llevará a ascender socialmente, a diferencia de lo que piensan sus contrapartes latinoamericanas.


Según el político Robert Reich, “la fe en que cualquier persona puede pasar de los trapos a la riqueza si tiene suficientes agallas y voluntad, trabaja duro y resiste la adversidad, fue alguna vez el núcleo del sueño americano. Según el demócrata Bernie Sanders, “para muchos, el sueño americano ha terminado convirtiéndose en una pesadilla. El escritor Chuck Palahniuk dijo una vez: “Esto es el sueño americano: hacer de tu vida algo que puedas vender.”


Ansiosos pero empáticos

La idea de que los millennials son menos previsores que sus antecesores y sólo piensan en lo que es conveniente hoy es equivocada. Según una encuesta de Global Shapers, las tres principales preocupaciones de los jóvenes son el cambio climático, la guerra y la desigualdad. Que ellos no crean de manera lineal en el sueño americano tal como lo hacían sus padres no quiere decir que no estén preocupados por el futuro o que no tienen valores.


Según Laitman, “la lucha de los 'millennials' hoy es llegar a fin de mes con los gastos alimenticios, la vivienda, la educación, la cobertura sanitaria y el cuidado de los hijos.” Un artículo del portal informativo Actuall titula: “Perdónalos, por jovenes, inconscientes y socialistas.” Según la periodista española Patricia Malagón, “los millenials son socialistas hasta que empiezan a ganar dinero o a pagar ellos mismos los impuestos.”


Los medios de comunicación han pasado a ser amplificadores de las voces que quieren hallar en los millennials una generación de imprudentes e irresponsables, pese a que hay evidencia que demuestra lo contrario.


El fenómeno Ocasio Córtez

Alexandra Ocasio Córtez, la efervescente congresista de 29 años que no se avergüenza de declararse socialista democrática, es vista como el ícono internacional del socialismo millennial. Sus posiciones políticas, que abogan por medidas como el seguro universal, las agencias estatales de empleo y la desprivatización de las cárceles, son vistas con sorna por sus detractores. El movimiento libertario internacional la acusa de no saber nada de economía (pese a que tiene una licenciatura en relaciones internacionales y economía) y de coquetear con el autoritarismo (pese a que se rehusó a elegir un bando en el debate sobre Venezuela).


Mientras en Latinoamérica el socialismo está en retroceso, en Estados Unidos está de moda desafiar el anticomunismo de Trump. En una historieta de Devil’s due comics, la puertorriqueña es presentada como una heroína parecida a la Mujer Maravilla. Ella es sin duda una celebridad, y eso contribuye a extender su fama todavía más. Su situación es algo parecida a la de Camila Vallejo, la diputada comunista chilena que en su momento saltó a la fama por su protagonismo en las movilizaciones estudiantiles de 2011.

Hay algo que fascina a la opinión pública internacional de las mujeres jóvenes que ondean la bandera del socialismo en la palestra política.


El New Green Deal propuesto por Córtez —que fue formulado originalmente por intelectuales como Thomas Friedman (no socialista), e incluye aspectos como la transformación progresiva de la matriz energética, trabajos verdes e impuestos por encima del 60 por ciento a los ricos—, es motivo de polémica. Para algunos se trata de un producto típicamente ‘millennial’: hace eco del sueño idílico (¿e ingenuo?) de vivir en un mundo con menos contaminación, y lo hace acudiendo a métodos que parecieran ser razonables por su virulencia contra los ricos y su indulgencia con los pobres.


Por el momento, pareciera que la izquierda millennial, si bien puede llegar a ser crítica con el socialismo del siglo XX y también con el del siglo XXI, todavía no ha refinado sus planteamientos económicos. En cierto modo, el New Green Deal de Ocasio Córtez no pasa de ser un llamado a la expansión fiscal y el keynesianismo ortodoxo a nombre de la Madre Tierra.


¿Qué tanto de socialismo hay en eso? ¿Será que Marx hubiera visto con buenos ojos el social-liberalismo de los íconos contemporáneos que reivindican su nombre (Varoufakis, Corbyn, Córtez)? ¿Qué habría dicho sobre el fenómeno de la generación millennial?


Jorge Bolaños es comunicador con especialidad en finanzas y administración de empresas. Titulado de la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia), trabajó en organizaciones no gubernamentales como consultor. Es autor del blog Aldea Política y ciberactivista.

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