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Pequeñas y medianas empresas peligran por el posible doble aguinaldo

Actualizado: 8 abr 2021

Con base en las proyecciones de la Cepal y el Banco Mundial sobre el crecimiento del PIB, el analista advierte que la medida económica generaría graves distorsiones en el mercado.

Trabajadores bolivianos preparan pastelillos. Fuente: elbolivianoenvivo.

La Paz, 8 de abril del 2021 / Bolivia

Carlos Andrés Torrico Monzón


Las pequeñas y medianas empresas podrían ser las más afectadas económicamente, si este año el producto interno bruto (PIB) de Bolivia supera el 4,5% ya que, de acuerdo a las normas vigentes, estarían obligadas a pagar el doble aguinaldo. Este hecho causaría altas pérdidas a las compañías que han tenido una baja productividad por la coronacrisis.


Esta semana, el Banco Mundial proyectó que el crecimiento del PIB nacional será mayor al 4,7% para este año. Esta estimación supera a la hecha por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que calcula un crecimiento del 4,4%. Por lo tanto, se puede prever que, en cumplimento al Decreto Supremo 1802 (si se sobrepasa el 4,5%), se pagará el doble aguinaldo.


Estas proyecciones se explican principalmente por el “efecto rebote” de la economía que, a su vez, está dado por las necesidades insatisfechas de las personas que se acumularon durante los primeros meses de medidas estrictas para mitigar los efectos de la Covid-19. Sin embargo, las estimaciones están condicionadas por la dinámica de la pandemia —por ejemplo, nuevas restricciones ante una tercera o cuarta ola disminuirían las proyecciones de crecimiento— y a la capacidad del país para mantener y aumentar las políticas de apoyo económico.


En ese sentido, bajo el supuesto de que se deba pagar el doble aguinaldo, se provocaría una grave distorsión en el mercado que impactaría negativamente, en particular, a las pequeñas y medianas empresas que, se prevé, tendrán baja productividad. Entonces, para estas cumplir su obligación significaría importantes pérdidas económicas que podría ocasionar su cierre en el mediano plazo.


En ese escenario, las pymes tendrían que despedir a su personal o disminuir los sueldos porque factores como la presión fiscal reducen significativamente sus ingresos y ahorros. Además, el ritmo de vacunación actual dibuja un futuro nebuloso que desincentiva a los empresarios.


Es necesario apuntar que este tipo de medidas provocan una mala redistribución de recursos, por las desigualdades entre pymes y grandes empresas, tomando en cuenta que aproximadamente solo el 2% de las empresas en el país genera el 80% de las ganancias.


Otro aspecto importante es entender que esta política económica, si bien podría inyectar Bs 6.000 millones de bolivianos a la economía, como en ocasiones anteriores, solamente beneficiaría alrededor del 20% de los trabajadores. Asimismo, dentro de una economía con un alto índice de informalidad estimado en 60%, la inyección económica tendría un efecto multiplicador menor porque gran parte de los bienes que se demandan son importados. Por lo tanto, es vital señalar que el doble aguinaldo no se queda exclusivamente en el mercado interno.


Entonces, ¿qué debemos hacer en el corto plazo? En primer lugar, es de importancia capital mantener la calma. No es necesario anticipar el cierre de empresas o el despido de trabajadores, sino planificar nuestras acciones tanto como tomadores de decisiones, como empresarios o ciudadanía, en general, para evitar riesgos.


En el corto plazo, los tomadores de decisiones deben trabajar en los factores que se pueden controlar como las políticas de apoyo económico a las pymes: líneas de créditos y reprogramación de deudas, acuerdos comerciales entre privados y entes públicos, alivios fiscales, plataformas de formación continua para la comercialización digital, esencialmente.


Por su parte, las micro, pequeñas y medianas empresas tienen que revisar su plan de gestión empresarial, proyectando un posible pago de aguinaldos. Esto quiere decir que se deberá evaluar maneras de optimizar los costos de producción, establecer medios de comercialización digital, bajar los objetivos anuales de consecución de utilidades, entre otros. Además, considerando que la mayoría de las pymes son familiares, se puede llegar a acuerdos con los trabajadores, para evitar despidos.


En ese orden de idas, la ciudadanía también tiene un rol valioso; debe promover la participación activa en nuestros barrios o comunidades, apoyar a los emprendimientos locales, consumir responsablemente, dar prioridad a la producción nacional y a los comercios formales.


Actualmente, también se discute un incremento del 5% al salario mínimo nacional. A primera vista, esta medida podría parecer favorable para los trabajadores. No obstante, el presente análisis también es válido para comprender que no se puede forzar a las pymes, en las condiciones actuales, a pagar más, si su productividad es baja porque se podrían tener graves efectos en las empresas que incluso podrían llevar a su cierre.


Entonces, en el caso de que exista un segundo aguinaldo o un incremento del 5% al salario mínimo nacional, los tomadores de decisiones tienen que tomar acción a través de políticas económicas favorables para las pymes, las empresas deben repensar sus planes de gestión empresarial y la ciudadanía debe tener un consumo más responsable.


Carlos Andrés Torrico Monzón es director del CIED-Latinoamérica, investigador socioeconómico y periodista.

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