La humanidad a lo largo de su evolución y con la estructuración de gobiernos o alianzas jerárquicas, ha logrado satisfacer en su mayoría las necesidades básicas de los individuos; como lo es la alimentación, la salud, la educación y el derecho a ser parte de un círculo social (para México dicha información a detalle se encuentra en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la parte de Garantías individuales), de mismo modo se han descuidado también otras áreas igual o más fundamentales a las antes mencionadas, por supuesto una de ellas es la violencia a los distintos sectores de la sociedad.
Opinión / Mariela Sánchez Núñez / México / 21.07.20
Los grupos vulnerables que se llegan a mencionar comúnmente en países en subdesarrollo cómo lo es México, es el sector de las mujeres; considerando la edad en términos generales. Un punto muy importante sería preguntarnos el por qué si actualmente existen organizaciones tan globales y poderosas como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dónde su objetivo específico es salvaguardar y potencializar proyectos para lograr satisfacer las necesidades prioritarias y urgentes de los países en alianza, dónde es importante mencionar que México está dentro del grupo de más de 50 países fundadores de dicha organización desde 1945 y que a pesar de mantener una alianza “amigable y respetuosa” con la ONU, hasta este momento la situación de violencia no ha sido atendida en un porcentaje destacado. Información destacable para continuar estructurando este texto es contemplar que: “El 24 de noviembre de 2009, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, anunció la creación de la Red de hombres líderes que han asumido públicamente el compromiso de poner fin a la violencia contra la mujer” (ONU, 2009).
Si bien, en México claro que se han creado diferentes normas jurídicas “leyes” escritas en los documentos más importantes en materia legal en el país, y la fomentación de normas de civilización “valores”, dónde ambas tienen un propósito que se puede escribir y pronunciar fácil: PONER FIN A LAS IDEAS Y ACTOS QUE PROVOCAN VIOLENCIA A LAS MUJERES. La aplicación de estas normas no puede ser exitosa cuando los pilares de una sociedad no están bien establecidos, no están conscientes de la magnitud de los problemas a fondo, no están preparados para aprender y cambiar la mentalidad en pro de las mejoras de la sociedad de la que somos participes, entre más deficiencias de una sociedad mexicana.
Un ejemplo claro de que no existen normas preventivas ni correctivas eficientes, es no lograr sentirnos protegidas las mujeres que estamos colaborando de una manera u otra a México, en educación, en el rol de madre de familia, de profesionista, deportista, embajadora internacional, agente de cambio, líder, ciudadana que genera y aporta impuestos, un ser humano capaz de generar más vida y más esperanza a este mundo, la oportunidad de saber si el día de mañana realmente existirán más generaciones, entre un sinfín de roles que las mujeres nos hemos ganado a través de muchos esfuerzos y en diversas circunstancias no tan beneficias o propicias, realmente mi critica está fundamentada en 3 puntos clave que he percatado como mexicana y miembro de una sociedad en la mayor cantidad de roles posibles, los describiré de la manera más profunda y fácil de entender.
1) Mentalidad de superioridad a las mujeres en base a una ideología empírica: Los acontecimientos históricos de la sociedad mexicana vienen en su mayoría de revoluciones mentales, organizacionales, educativas y de lucha por salvaguardar bienes materiales apunta de matanzas y guerras, donde el varón ha tenido una representación masiva a comparación de la intervención de la mujer, generada por la mayor fuerza física que supuestamente el varón posee, resistencia a áreas más demandantes de sobrevivencia, por ende otorgándole a la mujer mexicana el papel de sumiso de reproducirse, cuidar y educar a los hijos, mantener la limpieza, orden y optimización de los recursos que el varón le otorgue y sobretodo la responsabilidad y obligación de ser una mujer de respeto, fidelidad física y mental, lealtad en todas las índoles posibles y en la mayoría de los casos llegar al punto de “poseerle al varón”. Los padres de familia inculcaron esta manera de vivir en sociedad por mucho tiempo de una generación a otra, logrando llegar al punto de verlo como algo “normal o casual”. Este punto clave a pesar de haber pasado más de miles de años la historia no ha cambiado del todo, claramente la ideología ha disminuido, pero se ha llevado tan arraigada que es difícil sacar de la mente de los varones esa “superioridad” ante las mujeres. De forma incongruente se ha demostrado en estudios sociales que la mujer de forma consiente o no consiente hace replica de esta violencia hacia su propio género, no existen una respuesta lógica solo que las circunstancias y la manera de vivir las han orillado a “adaptarse a esta ideología” (Revista Latinoamericana de Psicología, 1972).
2) Baja autoridad del gobierno mexicano en aplicación y resultados en leyes en contra de la violencia de género: Este punto me ha sido difícil de escribir debido a que mi nacionalidad es mexicana y hasta el día de hoy no ha existido un momento en que no haya tratado de hacer valer mis derechos y los de más mujeres y sin embargo los resultados no han sido los esperados. El gobierno de México lo puedo definir como un sistema estructurado por una cantidad exagerada de personas y por más de 8 partidos políticos, el factor de la corrupción es un vicio que se replica de un gobierno a otro, como mexicanos tenemos demasiadas leyes escritas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos pero que la aplicación no se ve reflejado como las mujeres quisiéramos para sentirnos parte de este país y cuidadas por el mismo, existen leyes contra los feminicidios, violencia a las niñas, violencia contra las madres de familia, de las colaboradoras mexicanas en las empresas, servidoras de limpieza, etcétera, a pesar de eso los números de los actos criminales, de odio y malicia contra las mujeres, un comentario demasiado personal es que en los últimos 4 años no ha pasado una semana sin ver noticas por diversos medios donde se hable de violaciones sexuales, psicológicas, físicas con mujeres desde los 0 años hasta edad avanzada, inclusive mujeres en ataúdes son extraídas de ahí y violadas sexualmente. La pregunta se escribe y se grita con miedo, con dolor, con rencor, con inseguridad y con hambre de justicia y es: ¿Qué hace el gobierno mexicano con nuestros impuestos, con nuestros votos y con nuestra seguridad ante estos hechos tan terribles, tan dolorosos y tan frecuentes?
3) En ocasiones el peor enemigo de una mujer, es otra mujer: Tengo un recuerdo muy presente en mis años de vida foránea cuando me encontraba en la vida universitaria, se escuchaban secuestros, tráfico de órganos, violaciones, y muchos crimines horribles a las jóvenes universitarias, por lo cual pedimos en demasiadas ocasiones patrullas afuera de la universidad para sentirnos seguras al salir de clases (aproximadamente 8 o 9 pm), retomando, los maestros y directivos nos recomendaban formar grupos al movernos de la universidad a nuestros hogares, y ¿Qué pasaba?.... las niñas preferían irse solas argumentando que “esa chica tiene x apariencia” “no me cae bien” “no me gusta cómo se viste” “es la ex de mi novio” etcétera, cosas que me dejaban impactada y decepcionada a la vez, por no querer cuidarnos una a la otra y preferir correr un riesgo al basarse en argumentos personales e ilógicos. La idea anterior se respalda con los asesinatos y agresiones a las mujeres donde el autor intelectual, el sicario o cómplice en ocasiones es otra mujer, donde su cometido se fundamente en relaciones sentimentales, de competitividad o por “amor” al asesino o actor intelectual.
Las mujeres mexicanas no solo estamos expuestas a las injusticas de una vida social, profesional, familiar, política, etcétera, sino a ser víctimas del coraje de otras personas por el hecho de ser mujer, de nacer mujer, de vivir como mujer, de brillar como mujer, de hacer valer nuestros derechos como mujer y ser humano.
Lucharé incansablemente junto a grupos de mujeres en pro de la seguridad de la mujer mexicana, día y noche por heredar las nuevas generaciones una mentalidad de equidad de género, de respeto y aceptación a los géneros y sobre todo de una vida de respeto de gobierno a sociedad y de forma recíproca, logrando un cambio lento pero concreto en las generaciones futuras.
Sobre la autora
Mariela Sánchez Núñez es licenciada en Administración (Universidad de Guanajuato), destacada académica, tiene estudios en "Promoción y defensa de los Derechos Humano", cuenta con experiencia pública y política en liderazgo juvenil, incentivo de proyectos de vida. Actualmente, trabaja en relaciones públicas empresariales, principalmente.
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