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Medio ambiente, un breve acercamiento desde la economía y las relaciones internacionales

12 MAY 2019 I Análisis

Laura Yael Mendoza Agama


RESUMEN

Día con día los medios de comunicación bombardean los espacios publicitarios con información respecto al deterioro del medio ambiente exhortándonos a tomar conciencia y cambiar nuestra manera de vivir por una más amigable con el planeta tierra. Sin embargo, el aumento poblacional y la competencia por la propiedad de los recursos naturales son variables que siguen en amento y nos empujan cada vez más al borde del abismo. Y es que no es fácil ignorar que las acciones que algunos toman en esta materia, repercuten en todos y cada uno de nosotros. De esta manera, el presente escrito aborda la problemática desde una perspectiva en la que los Estados pueden ayudar a mejorar la situación actualmente considerando las herramientas que brindan en conjunto las relaciones internacionales y la economía. Para esto, es necesario que los Jefes de Estado y diversos actores comprendan que la magnitud del problema va mucho más allá de las fronteras, las culturas, las ubicaciones geográficas y las lenguas. Las decisiones tomadas en los foros mundiales a favor del medio ambiente y su protección, deben establecer objetivos claros y congruentes tomando en cuenta los avances tecnológicos y el comportamiento económico global no sólo para alcanzar su cumplimiento sino también para asegurar el goce de nuestro planeta a las generaciones futuras.


Palabras clave: Cambio climático, tecnología, efecto invernadero, Cumbre de París, Protocolo de Kyoto, sostenibilidad, energías renovables.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático 2017 (COP23)

El incremento en la población mundial y la competencia por la propiedad de recursos naturales finitos para satisfacer las necesidades de tantas personas, han empujado a la humanidad en general al borde del abismo. Problemas como el hambre, la pobreza, las enfermedades, las catástrofes naturales y el cambio climático encabezan algunos de los principales retos a superar de los Jefes de Estado, instituciones, organizaciones y sociedades a nivel global. Las preocupaciones ante estas adversidades radican en que sobrepasan fronteras, desconocen razas, colores e idiomas, ignoran sistemas económicos y políticos y muchas veces son causadas por algunos pero repercuten en todos.


Sin embargo, es notoria la negativa de esta humanidad a caer por el vacío y desaparecer. Día con día, sabemos de los nuevos avances y logros alcanzados por la ciencia y la tecnología. Triunfos que repercuten de manera directa en la toma de decisiones vinculantes a favor de la resolución de conflictos actuales; como los ya mencionados anteriormente. Y es aquí donde encontramos la conjunción de todo el globo terráqueo; el medio ambiente. Este supone un escenario donde podemos ver reflejadas, las consecuencias de cada una de las acciones tomadas por los que dirigen al mundo. “El medio ambiente es el entorno centrado en la biodiversidad de especies, donde se incluyen elementos naturales y artificiales que se relacionan entre sí; y que pueden verse modificados a partir del comportamiento humano” (Cumbre Pueblos, s.f.).


En este sentido, es ingenuo suponer que en la balanza natural, los elementos naturales y artificiales coexisten y se relacionan de manera armoniosa; esta simple idea no cumple con las expectativas si la comparamos con la situación actual. “Los daños constantes del ser humano hacia los demás elementos vitales han ido dejando cambios; tanto en las características del agua y del suelo, hasta aquellas dejadas por residuos orgánicos arrojados en cualquier tipo de superficie” (Cumbre Pueblos). La desertificación, lluvia ácida, deforestación, el efecto invernadero y el calentamiento global, son los más claros ejemplos de estos cambios. No obstante, algunos Jefes de Estado, organizaciones, instituciones y sociedades han tomado el timón para cambiar el curso hacia el cual se dirige nuestro destino.


La Unión Europea, por ejemplo, entre 1990 y 2012 redujo los gases de efecto invernadero en un 18% (Unión Europea). Argentina también, redujo en 2017 la emisión de estos gases en un 65% gracias a la implementación de biocombustibles (Télam, 2017). Así mismo, gracias a la reforma energética, México se propuso que el 35% de su energía proceda de fuentes renovables para el año 2024 (Forbes, 2018). Sin duda alguna, los esfuerzos realizados por estos actores en el escenario global, reflejan un verdadero compromiso por contrarrestar y controlar los estragos que la demanda excesiva en materia ambiental han causado en el medio ambiente.


Desde la perspectiva general, planteada en las líneas preliminares, es posible abordar la solución a la problemática ambiental desde diferentes aristas. Sin embargo, se consideraran dos tintes diferentes pero no excluyentes; las relaciones internacionales y la economía.


En primera instancia, es necesario considerar que desde el año 1824 se conoce de la existencia del efecto invernadero, lo que permite que la vida pueda existir en el planeta Tierra considerando una temperatura adecuada. “Joseph Fourier calculó que la Tierra sería más fría si no hubiera atmósfera” (National Geographic, 2010). Sin embargo, la combustión y emisión de gases de efecto invernadero, pueden modificar esta temperatura. Como resultado a esta variable, “el medio ambiente se convirtió en una cuestión de importancia internacional en 1972, cuando se celebró en Estocolmo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano” (UN, 1997). Posterior a ésta, se han celebrado numerosas convenciones, tratados, protocolos y demás conferencias en materia ambiental para consensuar acciones y metas comunes en pro del medio ambiente en general.


El Protocolo de Kyoto (1997) y la Cumbre de París (2015), figuran entre los tratados internacionales más importantes de la modernidad. El primero exhorta a los países a la cooperación internacional y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 5% según sus niveles en 1990 (Álvarez, 2012); la cumbre, por otro lado, comprometió a los participantes a conservar el medioambiente a través de la cooperación internacional con proyecciones futuras. En términos generales, lejos de cubrir estos hechos bajo la teoría liberal, se puede observar un ejercicio eficaz de la interacción entre Estados en el escenario mundial; demostrando la competitividad de los dirigentes y el afán por asegurar el goce del entorno natural a generaciones futuras considerando la inquietante coyuntura.


En segundo lugar, la implementación de estas medidas no sólo repercute a nivel internacional en general, sino en el desarrollo económico de los países en particular. De esta manera, el sector energético envuelve a la economía en dos sentidos. En el primero, este sector funge como creador de empleos y distribuidor y transformador de bienes y servicios. En el segundo, impacta de manera envolvente en toda la esfera económica. Ilustrando de mejor manera estas dos variables en la escala de la economía global, el estudio “Beneficios de las energías Renovables: La medición de la economía” publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) (2016) destaca que:


"(…) si se alcanzara un 36 % de generación renovable en el mix energético global en el año 2030; se lograría un incremento del producto interior bruto (PIB) a nivel mundial del 1,1 %, o sea unos 1,3 trillones; una mejora del bienestar humano de hasta el 3,7 por ciento y la generación de más de 24 millones de empleos en el sector, un importante incremento considerando los 9,2 millones de personas empleadas en el sector en la actualidad." (p. 10)


De igual forma, la implementación de energías renovables disminuye la dependencia energética al contrarrestar la necesidad de importar combustibles fósiles; la opción verde muestra un catálogo de recursos inagotables. Ejemplos de estos son: la energía eólica, la energía solar, la biomasa y biogás. Adicionalmente, éstas, por su reducción en costos, son plenamente competitivas y sostenibles (Acciona, s.f.).


Para finalizar con lo propuesto, es necesario comprender que el problema del deterioro en el medio ambiente no sólo es materia política o social, sino también económica. En un mundo globalizado, este tipo de preocupaciones son compartidas por los diversos actores en el escenario global. Los esfuerzos realizados por los Estado deben asegurar una mejora en las condiciones de vida, la reducción de costos y el goce del medio ambiente para generaciones futuras demostrando un verdadero compromiso y conciencia de la responsabilidad adquirida como consecuencia de cada acción acertada o errada. En definitiva, una economía baja en el consumo de carbonos, no sólo es más rentable a las finanzas del Estado, sino que favorece igualmente, el futuro sostenible del planeta.

BIBLIOGRAFÍA

Abogados de Derecho Ambiental. (2018). ¿Cuáles son los tratados internacionales del medio ambiente?.

Acciona. (s.f.). Energías renovables.

Álvarez, A. (2012). Tratados Internacionales en materia ambiental. PREZI.

Cumbre Pueblos. (s.f.). Medio Ambiente.

Forbes. (2018). México, terreno fértil para energías renovables ¿Qué está haciendo bien?.

IRENA. (2016). Renewable energy benefits: measuring the economics.

National Geographic. (2010). ¿Qué es el calentamiento global?.

Télam. (2017). La Argentina redujo un 65%la emisión de gases de efecto invernadero gracias a la calidad del bioetanol.

Unión Europea. (s.f.). Energía.

UN. (1997). Cumbre para la Tierra +5.


Laura Yael Mendoza Agama es estudiante de Relaciones Internacionales en el tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.

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